Tener hijos es una de las experiencias más enriquecedoras que puede tener un ser humano. Sin embargo, esto significa que el estilo de vida romántico de una pareja debe adaptarse y convertirse en un estilo de vida orientado a la familia.
Muchos psicólogos creen que los padres tardan una media de dos años en adaptarse a esta nueva realidad. Otras prioridades toman el control: alimentar al bebé, aprender a comunicarse con él o ella, mecerlo para que se duerma, cambiarle los pañales, y siguen ciertas repercusiones. De repente puede haber fatiga extrema, frustración sexual y desacuerdos sobre cómo criar al bebé.
Todo esto podría estar haciéndote preguntarte si la transición a la paternidad conduce inevitablemente a una crisis. Afortunadamente, ese no es el caso. Hay maneras de superar este período sin problemas.
Comunicarse efectivamente. Evaluar la situación regularmente con tu pareja te permite expresar tus sentimientos y necesidades. Esta es la forma de evitar que las frustraciones se acumulen.
Compartir las tareas por igual. Ambos socios tienen que involucrarse; el reparto de tareas tiene que hacerse de forma equilibrada. ¡El compañero que tiene menos experiencia con niños debe tener la oportunidad de practicar!
Date descansos. Los nuevos padres tienen muchas dificultades para darse un largo descanso de la rutina diaria. Por eso es preferible tomar muchos descansos cortos. Es más probable que suceda una cena a la luz de las velas todas las semanas que un fin de semana romántico en un hotel. Aprovecha cada oportunidad para expresar tu amor por tu pareja y hablar de algo que no sean los niños.
Aceptar la ayuda de amigos o familiares. Es importante aceptar la ayuda que le ofrecen familiares, vecinos o amigos. Renuncia a la idea de que puedes hacerlo todo por ti mismo. Algunas organizaciones comunitarias también pueden ayudarlo. Y no dude en consultar a un consejero o terapeuta profesional si necesita algún apoyo emocional.
Ejercicio. La actividad física es beneficiosa para el cuerpo y el alma, especialmente para la liberación del estrés.
