Aunque una pareja pueda compartir los mismos valores, pueden surgir desacuerdos a la hora de tomar decisiones concretas sobre sus hijos. Por ejemplo, las opiniones a menudo difieren cuando se trata de disciplina. ¿Qué se puede hacer para llegar a un acuerdo en este tipo de situaciones?
Es normal que cada padre tenga diferentes actitudes y opiniones sobre este tipo de cosas; después de todo, no se criaron juntos y tienen personalidades diferentes. Para llegar a un entendimiento, estas diferencias deben verse como complementarias en lugar de conflictivas; sus diferencias pueden enriquecer su crianza como equipo.
Aquí están las tres C de la crianza en equipo y evitar la disensión:
1- Comunicar. ¡Esto no se puede repetir lo suficiente! Tómese el tiempo para discutir y revisar regularmente su vida familiar y sus preocupaciones sobre la crianza de los hijos. Hacerlo generalmente conduce a un consenso.
2- Compromiso. Sea generoso al escuchar las preocupaciones de su pareja. Vea dónde se cruzan con los suyos y haga un esfuerzo para encontrar un compromiso que funcione para ambos.
3- Sea constructivo. Si tiene inquietudes sobre las acciones de su pareja, plantéela de manera constructiva, con el objetivo de trabajar por la paz y defender los valores familiares. Si echa la culpa, simplemente perpetúa el conflicto e impide el progreso.
Elige el momento adecuado
Estas discusiones son más productivas cuando tienen lugar en el momento adecuado, en un ambiente tranquilo y cuando los niños están ausentes o en la cama. ¿Por qué? Es contraproducente mostrar sus desacuerdos frente a los niños. Provoca confusión (los niños se preguntan cuáles son sus límites reales) y culpa (los niños acaban creyendo que ellos son el origen del conflicto). Una vez que se haya encontrado una solución, se debe informar a los niños lo antes posible.
Trabajar en equipo para criar a los niños es una solución ganadora. Hace que una tarea colosal sea más manejable y mucho más productiva a largo plazo. ¡Los padres asociados son padres efectivos!
